jueves, 6 de diciembre de 2012

La poca ternura

Te escribo un secreto en la espalda,
con las pocas uñas que me quedan,
voy sacándote sangre
para que entre herida y herida
se cale el hálito de mis quejidos de niña en celo,
así cuando estés sólo
y extrañes mis pechos recién formados,
me secuestres en el momento justo,
cuando busques violar mi entereza,
tenerme fuerte
y escupir fuego como los toros.

Como hembra bruta y caliente
voy tras tus fluidos
me agolpo en los huesos
y sigo gritando...
!anda¡, déjame morir en tu mundo,
que en unos momentos tu veras salir tu mar en mi boca.

Quién más me podría proponer el mundo,
como el estribo de un caballo salvaje
dispuesto a ser domado,
pero tan impredecible como Jubileo...


Arráncame otra vez el aire
y dame tu placer como un elipsis
en penumbras,
ya veras que no será difícil
que el Sol me encuentre de boca
apretando el culo y la cordura;
o a gatas me puede encontrar el viento,
que tira de mis cabellos
en busca de tu boca ya seca...

Cuando la noche esté estrellada
y los astros titilen a lo lejos,
será que nos hemos detenido en nuestro afán
y descansamos en alguna cama desmembrada.

(sin título)

brota un susurro loco
corto y suave...
y abro las pupilas al olvido de tus brazos
que me toman firmes... 
van a un lugar húmedo mis piernas desnudas,
y comienza a brotar
una sabia caliente de entre ellas
mientras lustras nuestros cuerpos
a un descompás molinoso,
volvemos a estos sitios arcaicos y
contemplamos el lenguaje de la sangre en las venas,
amalgamas mi cuerpo pálido y este se va 
contorsionando a golpecitos deseoso de placer,
me aferro a tu espalda amplia 
y muerdo las ganas
 seguir teniéndote en mi,
aumentamos sin notarlo nuestros brotes de lucidez,
con la intensidad de relámpago apagamos los rincones de este cuarto,
mi cuerpo se agita en breve a tu placer...
y exhalo la plenitud por la boca llena de lujuria
mientras tu falo sigue amenazando mi cordura...
nos derretimos en polvo y volvemos al cuarto
que nos acoge
que me coges cada noche
aquí te veo...
en mi cama dormido
tras el plato de éxtasis probado
y duermo sola
soñando que
que todo fue real...

miércoles, 5 de diciembre de 2012

IRA

Mantén la paz
la altura
el aire en los ojos fruncidos
guarda los silencios
las carencias
saca las angustias
los animales dormidos
congela el pensamiento
enclaustra la alegría
corteja al engaño y la apatía,
has de un iracundo en
el momento sólo de mirarte,
mantén un punto de sangre viva
y guarda lo demás
espara después seguir viviendo
intuye el olor a negro
a morados coagulosos,
arranca con las manos el tinte de la vida
y pon como capas murallas escondidas,
que un rojo te queme y te lleve
te aguante y te suelte
te amarre y te mate.

VIERNES

-por la mañana ordena todo lo que puedas, revisa los recuerdos y guarda todo en la despensa, POR FAVOR, ten cuidado con las cosas frágiles que hay dentro, como resquemores y tabúes, guarda todo encima, que quede a la vista para después poder encontrarlo.

-por favor limpia unos sentimientos que están sobre la mesa de la cocina, son para mañana pero los necesito.

-preocúpate de la lavadora puse a lavar unas camisas de Renato, y parece que en los bolsillos tiene unas carisias mías, TEN CUEDADO, cuélgalas bien estiradas.

-barre la entrada de todo quien nos quiera dañar.

-al almuerzo sirve cada corazón junto con la mente, no lo pongas encima, que cada uno decida si lo quiere junto o no.

-pregúntale a las paredes si están contentas con nosotros, y me avisas
(Gillese deja una lista parecida, todos los días a la empleada)

“Jaime despierta”













“…tal vez le servirá de ayuda imaginar que la carta
a escribir es aquella que más desearía
recibir el escritor al que va destinada.”
Viajar es muy difícil,  Nuria Amat




                                                                                                                                 

9 de Enero, Invierno en Islandia.
Hay noticias que se demoran en llegar más que otras, quien sabe porque razón la gente decide dilatar o acelerar las circunstancias… (Un café, hace unos años contigo)

De seguro te va sorprender mi carta, aunque no se cuanto se demore en llegar a tus manos;  hace ya tres meses que corte la comunicación contigo y todo lo que significa allá… llevo tres meses acá y no me  percaté  que en tan sólo dos días pasaré a ser un ilegal más en Europa, pero  creo que uno de los pocos en este país.
Puedo entender solo ahora porque todo se me hace surreal, esto de pasar los días-noches en la oscuridad, hace que las pupilas se acostumbren a las luces artificiales, las cuatro escasas horas de Sol diarias construyen el color en formas extrañas que te encandilan permanentemente, además  siempre hay esa sensación de frio que solo se debe al exceso de blanco en todos los paisajes. A pesar de aquello, está todo lleno de verde, un verde que llega a ser obsceno a la luz.
 Por supuesto, cada día que paso acá se me hace más difícil pintar…
 La inmovilidad de las sombras junto con el mar, me han adormecido por completo, es por eso que  tengo una cantidad de horas de ocio mental, que se me podría pasar la vida aquí, ya que matarme, intentando que algo me saque de este camino, no es la opción para mí. Por ahora me siento cómplice de este entorno, que me permite escribirte con la tranquilidad de que nada va a cambiar; me permite verte  llegando a esta parte de la carta, tendida en la que era nuestra  cama con un cigarro y el televisor encendido.
¡Sí!, te darás cuenta que tengo el espacio para pensar en todo esto y mucho más.
Sólo después de esta introducción puede que entiendas porque he llegado a pensar  que el tiempo se detuvo acá junto conmigo; que he llegado al cielo, solo que este tiene luces de neón árticas que se reflejan en los géiser crujiendo dolorosos a toda hora del día.
En definitiva Islandia está plagada de estos patios de locos con hermosos paisajes; puedo asegurarte que aun no la alcanzo a dimensionar, ya que la luz, o mejor dicho la falta de ella, me ha hecho un drogadicto. No conozco la otra cara de esta isla, con luz plena y perpetua, esa será mi desintoxicación, por ahora todo permanece igual acá y allá afuera.
Ahora para Renata este es un país que está destinado a permanecer estéril, sin grandes sobresaltos, como ha sido toda su historia. Lo que más repite es que no puede entender como un grupo de personas inteligentes se deciden a hacer patria en un lugar donde el clima rige tu vida, haciéndolo un mal contagioso y muy poco combatido.
Me imagino que al llegar el verano la noche pasa a ser solo un mal recuerdo. Lo comparo con el cambio horario en nuestro país, los primeros días nunca te acostumbras a despertar con luz, solo cuando llega otra vez el horario de invierno, te das cuenta de lo que perdiste, y al menos yo deseaba haber disfrutado mas esos despertares. Algo así debe ser acá, pero bastante más drástico. Citando a Renata, “esta patria está condenada a no tener secretos”.
 Alcanzo a escucharte riendo en este punto, yo también lo hago…
 Como veras, intento interpretar a mi anfitriona junto con sus distintos y exagerados discursos en el límite de lo cervantino, tu área; mientras yo intento ser lo más escueto y  sucinto tanto como me es posible, porque no encuentro la razón para escribirte justo ahora, justo cuando pensé que nunca lo haría, que mis lazos quedarían rotos allá contigo. Sería ingenuo si no creyera que estoy cerrando un momento de mi vida, justo cuando terminan las horas de luz en esta isla y Renata comienza a hacer su vida nocturna frente a la chimenea junto a la ventana. Yo mientras, tengo este espacio para contarte y pensar, a medida que escribo, por qué  te estoy escribiendo…
Renata como te dije es mi anfitriona, una anfitriona por lastima  en un principio, y ahora por necesidad, una necesidad que sólo sugirió de una breve conversación para hacerse mutua. La conocí mientras despertaba de la hipotermia en un hospital; me encontró en su universidad (mi casa dormitorio los tres primeros días). Es hija de una chilena y un islandes, según sus palabras, solo fue engendrada porque era parte de lo que tenían que hacer. Están muertos, los mataron en un atentado de la ETA en España, ella tenía 6 años. Desde ahí fue criada por sus tíos paternos, que le han hecho odiar cada día  a esta tierra, la llama “patria campesina”; aun no logro saber el porqué de tanta pena y rabia, tampoco lo he intentado, siendo franco.
Es  la única persona que conozco, sin inglés ella es mi contacto con el poco exterior que he conocido,  se ha transformado  en  lo único bueno hasta ahora y la mujer más alucinante hasta el momento que te escribo. No te puedo explicar si es su extraña mezcla, o su capacidad incisiva y crítica, sin ser resentida, es tan astuta tanto como  emocional, en resumen una vanguardista en esencia. Creo nunca haberme interesado así por alguien…
De hecho me sorprendo hablando con tanto entusiasmo, se me ocurre compararlo con como tú dices que hablo del arte, con  esa cantidad de verborrea que uso para explicar cosas simples. Siempre has influenciado mi personalidad y ahora lo haces con mi escritura, en cada palabra Lidia, ya que trato de ser lo más verdadero que nunca fui contigo, por eso debes saber que no tenía idea que existía todo esto, hasta que me decidí a escribirte, hace exactamente cinco minutos…
Lidia, necesito contarte todo esto, no se cual es el por qué aun,  lo que sé es que no importa, me siento con el privilegio del egoísmo al no tenerte en frente mirándome, juzgando y tratando de entender mis ideas, no hay a nadie más a quien le interese esta carta, y puede que después de tres meses o sólo después de leer lo que he escrito, a ti tampoco te importe, aunque lo dudo, tu eres la persona indicada, eres quien en mi egoísmo debe leer todo esto, nadie más.
Adivino tus ganas de llorar, pero necesito saber que sigues leyendo. Te reitero, esta idea  galopa cada vez más rápido en mi cabeza; me acuerdo de una de tus frases, esa que siempre me decías, cuando pasaba por alto los pequeños detalles de las novelas: “para los autores, el escribir debe ser una revelación permanente, una epifanía, pero creo que son pocos los escritores que son consientes de ello, es de nosotros , los lectores revelar esos detalles”… tengo la sensación de que todo  ha cambiado mientras escribo y a diferencia de tus autores creo ser cada vez más consciente de mi propia epifanía.
 Me veo aquí sobre el sofá escribiéndote, como el amigo, un inquilino cómplice, de una chica que voy descubriendo junto con como pasan las noches…
Todo es cuestionable en este punto, de paso, todo me lo cuestiono yo. Me he pasado los días-noches sentado dispuesto a conversar con interminables tazas de té. Ya hemos agotado los temas políticos y sociales de nuestro país, siendo siempre Renata mucho más pasional que yo, no sé si es por su distancia o por mi impavidez y la comodidad que me ofrece ahora esta distancia. También hemos rememorado y recreado críticamente nuestra historia contemporánea, y a pesar de eso mi anfitriona sigue soñando, al igual que mis padres, con algo que ya fue, que nunca más va a ser, por más que algunos así les gustaría. Para terminar, siempre tenemos  alguna conclusión utópica y positivista, llena de buenos propósitos y grandes ideas. Es alentadora su sonrisa…
 Renata no logra dimensionar, por más que las repito, mis pobres historias de universidad; las tardes en Bella, juntando las monedas para tomarnos una mala cerveza entre tres, las eternas colas para conseguir una hora con una asistente social que nunca te tomara muy en serio, y las diferencias étnicas que claro, tienen sus beneficios pero que marcan aun más la discriminación, como son las becas indígenas, y otros auspicios gubernamentales, en definitiva mi precaria vida en la capital.
Se  ha llevado tus fotos de Valdivia y las que les tomaste a mis papás a una ampliadora. Le he explicado  cada vez con más lujo de detalle (a medida que voy acordándome de los pequeños gustitos de mi tierra) como amanece y se pone el Sol en el Calle-calle, y parece volver a ser una niña frente a mis esfuerzos por hacer entretenido una ciudad bella, pero no con mucho que contar.
Seguro te costará creer esto; Renata nunca ha salido de Islandia, por asuntos judiciales tiene prohibido abandonar el país hasta terminar sus estudios, a los cuales dedica la parte del día en la que no está abordándome con todo lo que pueda apasionarla, que pasa desde lo más misceláneo hasta el crecimiento global y las políticas públicas en la UE. Esta aislada literalmente del mundo, por esa razón que lo observa con mucha más pasión que muchos de los que tú y yo conocemos y creen vivirlo, es esto especialmente lo que explica mucho sobre su personalidad, o más bien así la veo yo.
Han pasado dos horas desde que empecé a escribir; no me lo dice el reloj, afuera está empezando la nevada de la tarde, ya está completamente oscuro, el parque a encendido las luces de las piletas y los niños regresan a sus casas tras el colegio; todos los días son iguales, lo distinto es que cada palabra abre algo adentro mío, de este departamento, de Renata, pero especialmente debe abrir tus ojos a mi mundo de todo lo que pienso sobre todo lo que pienso. Aprieto tanto el lápiz que me cansa escribir…
Algo te estoy escribiendo por debajo,  aunque no estoy seguro saber que es realmente.


12 de Febrero, llega la noche real…21:00pm.
No necesito escribir que me he enamorado…
Que le he hecho el amor con tantas ganas como nunca te lo haré a ti, y como nunca pensé que se podía.
Te escribo en su cama mientras ella duerme y me da la espalda, una espalda llena de lunares diminutos, una espalda que me hace unir los puntos entre ellos e imaginar que llegará el momento en que los veré a la luz del sol y despertaremos acalorados entre las sabanas.
Pero no es eso lo que me hace volver a escribirte, sino tu olor en esta pieza,  en mi frenesí te has metido en mi olfato o es sólo las ganas de que pudieras estar acá, mas ahora…
Ayer le conté de esta carta a Renata,  tampoco sabía de tu existencia, le causó gracia y me dijo que hiciera lo que guste…también me dijo que se ve que te quiero y que de seguro nosotros hacíamos muy bien el amor; le pregunte el por qué; me respondió que con ella solo es un momento de entretención y confianza, que no podría hacer el amor con alguien que tiene sabor a otra amante. Me lo dijo con esa sonrisa que ya logro identificar como pícara y muy conforme con la situación, mientras yo le respondí con una risa tan forzada que me dolió la garganta.
Lidia, me ha envenenado la sangre su comentario y he vuelto a escribirte tras eso, me ha desencajado del todo, para ella hay una diferencia que no había notado hasta que la comparó contigo. Con ella fornicamos, contigo era mucho más que eso. Desde ahí que te veo espiándonos en las sombras de todas las horas iguales, mientras yo la amo como nunca te amaré.
13 de Febrero y está saliendo el Sol
¿Duele no?, al revisar lo que escribí ayer, comparé mi dolor con el que debes estar sintiendo, tu rabia debe aumentar tanto como esa vez que  me tiraste del pelo sólo para que tú supieras que eras más que yo, la diferencia, es que esta vez los dos nos sentimos tan empoderados de nuestro dolor que yo reaccionaría ante tu violencia. 
Ay Lidia… me sigo quedado perplejo ante cómo ha evolucionado esta carta, que a esta altura es más una confesión o una condena, la he leído varias veces, y hay muchas cosas que borraría, aunque ya es tarde, ya no las puedo borrar de mi cabeza. Tú seguirás siendo mi catalizador,  mi amante lejana, ese amor violentado por este lugar y su intrusa, tengo la certeza que todo será más claro cuando tenga el valor de terminar con esta misiva tortuosa… contigo.
14 de febrero, es una mañana muy oscura…
Por primera vez pinté, te retraté riendo fuerte, con la boca muy abierta, llena de esa gracia que todos dicen siempre tienes en la cara. Te ves desafiante, mirando a quien pase por delante ofreciendo tu seguridad innata y escondiendo todo lo demás. Me gustó, te he dejado en lo que ha pasado a ser mi dormitorio, cerca de la cama de nuestra intrusa, la cama de la mujer más etérea que se me ha cruzado. Para Renata tu retrato no significó más que una buena pincelada, un gran avance en mi asentamiento en estas tierras, en el limbo de la evolución hacia la vida bajo las lucen incandescentes. Me ha besado en la mejilla y se ha ido a la biblioteca. Yo mientras, me sigo perdiendo en el alero de su cuerpo y ahora soy incapaz de afirmarme sin saber que ella está para recoger mis pedazos.
Querida amante, has dejado tu trono en manos de una ninfa que no sabe lo que hace, y ahora ya somos tres en su cama. Pero ella no lo sabe.
15 de Febrero, hoy no salió el Sol…
Renata ayer llego de la biblioteca con comida preparada y un regalo (un par de guantes), sé que tú tampoco lo notaste, pero fue el día de los enamorados. Me conmovió su gesto, y se lo agradecí con un polvo en la cocina mientras calentaba los ñoquis. En la comida me dijo que ella tampoco se había fijado en la fecha y que le pareció un chiste, pero de todas formas era una excusa para no cocinar…
Me trague los ñoquis calientes, la tome de un brazo, la bese y salí en polera a la calle. Hace casi un mes que no salía de la casa, me congelé, así que corrí al parque. Estando ahí descubrí que estaba en un lugar que con mas abrigo sería un deleite tenerte a mi lado, me senté en una banca y miré salir el aire de mi boca; muy básico, pero era encantador verlo salir de tus labios.
 Es de este lugar donde ahora te escribo, he vuelto a añorar esas cosas que nunca me gustaron de ti, no por ser malas o feas, sino porque nadie se fija en ellas. Lidia quiero que apenas leas esta carta, tomes el dinero que te mando y te vengas conmigo, quiero recuperar lo que he perdido. Si te preguntas de donde saque el dinero; se lo he pedido a Renata, no me pregunto para que era, tampoco le diré. Necesito que me ayudes a destruir la sensación que me provoca ella, te necesito acá…
16 de Febrero…perdón
Mi amor lejano, perdóname, ayer no sabía que escribía, al volver a casa me he encontrado con Renata esperándome muy preocupada, me ha preparado té junto con llenarme de mantas. A pesar de sus esfuerzos he amanecido con fiebre y me siento muy mal. Es odiosa pero inevitable hacer la comparación, tú me abrías tildado de extremista y te habrías ido a la universidad. ¿Por qué nunca me quisiste como quise quererte yo a ti?
 Leo y releo lo que he escrito y no sé si es la fiebre o un poco de demencia, mi cordura esta a sujeta a la aparición de Renata en el marco de la puerta que miro, en el cual estás tú a un constado, más bien tu retrato, ni siquiera tengo que escoger. Querida, eras mi límite luminoso, ahora sólo alcanzas a ser la pálida sombra de lo que alguna vez fuiste. Por eso no me arrepiento de nada de lo que he escrito, todo está colado por mi cobardía y tu ausencia. Esta es la franqueza de exiliado inocente, del arrancado de su lecho amatorio.


1 de Abril, me ha llegado la luz en la cara a las 12 del día…
Está empezando a llegar la primavera y a más de un mes y medio, yo por segunda vez retomo esta carta, mientras tú sólo debes llevar cinco minutos leyéndola…
 Renata se ha ido a España, en Marzo conoció a un español amigo de su padre, que casi le dobla en edad, se la ha llevado ilegalmente. A pesar de lo que debes creer traté detenerla, pero mis esfuerzos fueron tan paupérrimos como la noche que intenté violarla. Se rio al verme brusco, pero se dejo llevar, a pesar de haber pasado la tarde con Darío, el español.
Me he quedado en su casa, me la ha prestado de manera indefinida, fue tan considerara que tengo la despensa llena y un sobre con dinero para vivir tranquilo unos meses. La despedida me ha herido esa alma que tú y yo pensamos que no existe, pero si no existe, algo se me murió adentro y pesa como un candado en el pecho. Renata se fue tranquila, yo llore casi nada. Aun tengo el calor en las manos tras apretar puños con Darío, el siempre supo todo…lo sé, por eso se la llevo.
Hoy  es la primera mañana que despierto solo…
¿Puedes creer que he pensado en no mandarte esta carta?, se ha convertido mas en un reflejo de mi persona, como un diario, solo que te imagino leyéndola.
Es por eso que por ahora, no tengo nada más que contar, me duele…

2 de abril, da igual, de todas formas nunca leerás esto…
 Ante ayer te imagine besándome, mientas yo gesticulaba un beso desganado. Nunca me gustaste mucho, eras solo una chica que se sentía tan sola que era capaz de compartir su casa, cama y vida con alguien tan emocionalmente influenciable como yo.  Te proponías todos los días, convencerme de  que eras lo mejor que podía tener y que por eso debía quererte. No  me cabe en la cabeza como es que me dejaste partir, si soy un poco más ambicioso, diría que todo esto lo planeaste tú, con el fin de que me diera cuenta que no hay mas vida sin ti, pero creo que no planeaste la entrada de una mujer, ni menos el que yo no regresara al tercer día. Renata a pesar de no sentir nada importante por mí, me mostro más interés de lo que tú nunca lo hiciste, vio en mi a un sibarita, un buen amante y un gran conversador; siendo que para ti yo era solo un flojo bohemio estudiante de pintura, que claro, te causaba algún placer de domesticación.
Hoy  por primera vez me siento bien estando sin ti y sin Renata. Me pela el pecho su ausencia, pero es mejor que tu compañía muerta.

16 de Abril, en la costa se rompen los hielos árticos en grandes pedazos.
Hace ya varios meses te hable de una luz plena y perpetua, ha llegado. La primavera la encuentras en cada hielo en vías de ser derretido ruidosamente por un prisma de miles de colores. La vida vuelve a tomarse las calles y el día solo termina cuando cierras las pesadas cortinas, deja de entrar la luz y te dispones a dormir. Así como llegó la luz, llegaron también visitas, hace una semana vinieron los tíos de Renata preguntando por ella; no tuve más opción que decirles que se había ido. Estaban decepcionados e incrédulos. Mi inglés no favoreció las cosas, o puede que haya sido mi presencia en la casa de su sobrina. Me he quedado con ese recuerdo, sus rostros de asombro, estupor y desconfianza, esa desconfianza nórdica que ya huelo  a distancia. Tengo la seguridad de que no me quedaré mucho más acá.
17 de abril, el calor me ha delatado.
Lidia, no tengo mucho tiempo para escribir, pronto debo salir de esta casa a otro lugar, pero antes de eso, me tengo que deshacer de esta sensación que tengo adentro y sé que sólo escribiéndola y pensando que en algún minuto la leerás, me desahoga.
Renata nuca se fue, sigue durmiendo en su cama. La envenené la noche que me dijo sus planes de partir con Darío a España. Darío supo lo nuestro esa misma noche cuando  me encontró violándola ya media inconsciente y no me quedo más remedio que ahorcarlo y enterrarlo en el patio de atrás.
Renata sigue viéndose tan eteria como el día que desperté en el hospital, duerme placida sobre nuestra cama, pero su olor se ha vuelto tan penetrante que los aromatizantes que he puesto, han sido todos en vano…
Sus tíos deben haber sentido ese olor y ya deben saber que nunca salió del país.
Eres mi eclipse contante Lidia y pretendo que a pesar de mi huida llegue esta confesión solamente a tus manos…
Ya escucho las sirenas a unas cuentas calles de acá, pero gracias a este destino complaciente hace unas noches conocí a Marie, está afuera esperándome en un Fiat 600, sin siquiera adivinar lo que pasa acá adentro, de mi y de ti. Te contaré brevemente que es una francesa sibarita como Renata y loca de soledad como tú…
Tengo mucho miedo…
Ya llegan, no puedo escribir más.
Veamos hasta donde llego.
                                                    Jaime Huilquipán.




Esa mañana se despertó por sobre el sueño, y  salió a recorrer una cuidad extranjera con un pasado conocido. Se compro los mismos cigarros de siempre y tocio al darles la primera calada, se sonrojó solo por dentro y lo único que delato su vergüenza fue el mirar alrededor, si alguien lo veía por sobre el hombro. Se fue a la misma cafetería de todos los días y se sentó, sin decir nada, le trajeron de inmediato las mismas tostadas con huevo el mismo café, y habían puesto ya a helar la misma cerveza que se tomaría al cabo de dos horas y leer en su más amplio espectro  el diario del día.
La mañana ya tenía en el aire esa sensación de tarde calurosa y poco oxigenada, las personas se movían rápido a sus deberes y los niños se escuchaban en algún colegio cercano, la pileta se rebalsaba de agua con los perros ya metidos en ella y las palomas se juntaban jocosas en tiempos de apareo, francisco miraba absorto en una línea de tiempo muy lejana a la que tenia al frente.
La mañana paso en un disparo de calor somnoliento, que le pegaba las piernas a la silla, le acaloraba el sexo y pedía otra cerveza.
La mañana termino con la llegada de los oficinistas con sus careras llenas de papeles, a comer lo más rápido posible a beber gaseosas y jugos de fruta.
Al mirar sin querer el reloj, golpeo la mesa tres veces, pidió la cuenta y decidió no llevar el diario, un silbido suspirado le apago el rostro y camino con una pierna más firme que la otra por esa avenida peatonal.  Sintió el calor más envolvente que antes pero su cuerpo se encargaba de sudar lo suficiente como para seguir caminando sin parar. Al mirar su bolsa choco con un hombre molesto, lo miro de mal humor y decidió mirar su cartera por si faltaba algo…
 El su teléfono, habían cinco llamadas perdidas y un mensaje de texto, reviso las llamadas y pensó en llamar mas tarde a uno de los números, miro hacia el frente y sin querer mirar directamente leyó el mensaje…dejo de caminar…se sonrió… se rió  casi se emociono con la mirada, miro para todos lados, y me vio buscándolo entre la gente.

Él sólo quería salir en el periódico





Esa mañana decidió no ser quien era. De gánster, sombrero y abrigo café.
 Erró la hora. Con un tambor en los oídos subió al último vagón del metro, no estaba tan atiborrado de blancos móviles, como llamaba a las personas.
Vino el silencio.
 Los gritos de los que quedaban vivos.
 Abrieron las puertas.
Salió del vagón sin una gota de sangre, orgulloso, con la mano en el gatillo y la sonrisa firme.
Alguien se persignó a su lado en la escalera.
La luz de la superficie oscureció su obra con un garabato de sangre en sus sienes.